Un dos tres por el ladrón de las MAC
Que tal estimados lectores de este blog, me he ausentado por la gran carga de trabajo que he tenido, hoy les voy a contar dos historias, una acerca del choque de dos camiones y la otra sobre un tarado que se quizo robar en el Mac Center de Mérida.
Primera:
Resulta que ayer martes alrededor de las 9 de la mañana 2 autobuses chocaron en las calles del centro, el resultado del percance fue de 20 lesionados, 4 de ellos de gravedad y uno de los autobuses se metió a un comercio.
¿saben qué?, deberían considerar el subirse a un autobús como un deporte extremo, para eso los mexicanos seriamos medallistas de oro, es indignante subirte a un autobus y sentirte como un animal en un camión que te transporta rumbo a una granja, o peor aún, manejar tu coche y que el imbecil se pase el alto y todavía te la miente, en fin, algún día habrá justicia.
Segunda:
Resulta que un tarado cuyo nombre omitiré, entró a robar a la tienda Mac Center en Mérida, el tarado activó la alarma del locar y en vez de emprender la huida con algunos i pods o algún otro gadget, se escondió en algún lugar del local, al llegar la polecílla, le dijo un dos tres para el pendejo que no huyó y fue entambado un rato.
Primera:
Resulta que ayer martes alrededor de las 9 de la mañana 2 autobuses chocaron en las calles del centro, el resultado del percance fue de 20 lesionados, 4 de ellos de gravedad y uno de los autobuses se metió a un comercio.
¿saben qué?, deberían considerar el subirse a un autobús como un deporte extremo, para eso los mexicanos seriamos medallistas de oro, es indignante subirte a un autobus y sentirte como un animal en un camión que te transporta rumbo a una granja, o peor aún, manejar tu coche y que el imbecil se pase el alto y todavía te la miente, en fin, algún día habrá justicia.
Segunda:
Resulta que un tarado cuyo nombre omitiré, entró a robar a la tienda Mac Center en Mérida, el tarado activó la alarma del locar y en vez de emprender la huida con algunos i pods o algún otro gadget, se escondió en algún lugar del local, al llegar la polecílla, le dijo un dos tres para el pendejo que no huyó y fue entambado un rato.